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Colombia - Sábado 1 de diciembre de 2007
Noviembre 30 de 2007
Niños de escuela rural en Miraflores ganan concurso nacional de robótica

Foto: Abel Cárdenas / EL TIEMPO
Durante el proceso, Robotical Minds fue acompañado por tutores expertos en ingeniería.
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Niños que compitieron en 'Robótica Extrema' ahora se interesan más por lo científico
El equipo 'Robotical minds' participaba por primera vez en la competencia Robótica Extrema, a la que se inscribieron 210 niños. El certamen finalizó ayer viernes en el Coliseo El Campín de Bogotá.
210 niños de todo el país participaron este viernes en la final nacional del concurso Robótica Extrema en el Coliseo El Campín de Bogotá. El primer puesto se lo llevó 'Robotical minds', un equipo de niños de una escuela rural en Miraflores (Boyacá).
La banda del Instituto Sergio Camargo, de Miraflores (Boyacá) tocó para recibir el reto que debían asumir los 10 niños del grupo que participa en el concurso Robótica Extrema.
Luego escucharon atentos: 'Energías alternativas' era el tema en el que debían concentrar sus esfuerzos durante las ocho semanas que duró el campeonato, que tiene versiones paralelas en 35 países, cada uno de los cuales enviará un representante al concurso mundial de México en enero próximo.
Desde entonces, trabajaron a diario para formular el proyecto e ingeniosamente superaron las dificultades. "En el pueblo solo hay dos puntos de acceso a Internet con muy mala conexión", dice Marta Morales, profesora que lideró la iniciativa en el colegio. Los niños debieron valerse de sus familiares en Tunja y Bogotá para encontrar la información y las reglas del concurso, en el cual Colombia está participando por primera vez con 21 equipos de todo el país.
Cada uno de ellos debía adquirir las piezas de Lego para armar un robot capaz de cumplir ocho misiones establecidas, relacionadas todas con métodos alternativos de generación de energía.
El kit costaba un millón 600 mil pesos. Para conseguirlo, los niños de Miraflores organizaron un bingo con el que entusiasmaron a todo el pueblo con su idea de tener un robot digno de competencia. Y así, finalmente lo construyeron.
"Ni los niños ni yo teníamos idea de robótica", cuenta la profesora Morales, dedicada normalmente a la clase de español, quien destaca los progresos en socialización y expresión oral que han tenido sus alumnos.
"Se sienten grandísimos hablando de energías alternativas", dice al recordar lo tímidos que eran antes de emprender el proyecto.
Incluso, muchos de los colegios participantes organizaron blogs y otras estrategias para dar a conocer su trabajo, una de las condiciones que evaluaron los 25 jurados.
"Esto es una experiencia renovadora que llega a nuestras vidas y es la llave para conocer y explorar cosas inimaginables", escribió Nubia Esperanza López,de 12 años, en su espacio virtual.
Y es que, según los organizadores en el país, uno de los grandes objetivos del concurso es precisamente desarrollar en los niños la capacidad para analizar situaciones, solucionar problemas, y comportarse en equipo. Pero además, volverlos a ilusionar con la idea de ser científicos.
En Miraflores, por ejemplo, ya está garantizado que el próximo año el colegio contará con un club de robótica y serán estos diez niños los pioneros, encargados de transmitir el conocimiento a todos sus compañeros.
Por ahora, irán a México a representar al país y, probablemente la música que suene al recibir el nuevo reto no será de banda sino de mariachi.
Ellos superaron las adversidades y ganaron
La responsabilidad ecológica del equipo de Miraflores, la eficiencia tecnológica de NXT, su robot, y las condiciones adversas que fueron capaces de sortear, los hicieron merecedores del gran premio del primer concurso nacional Robótica Extrema, organizado por Fundación Global y Fundación Telefónica.
Y es que ninguno de los integrantes de Robotical Minds, como se llama el equipo, domina el inglés y por eso tardaron un mes traduciendo las reglas del concurso, según contaron los jueces encargados de evaluar su trabajo.
"Los niños se dieron cuenta que son capaces de hacer cosas que creían difíciles", destacó Deb Mans, que vino desde E.U. a hacer la veeduría de la competencia.Por su parte, Eduardo López del Castillo, miembro de la Nasa y jurado principal, rescató la perseverancia y energía de los muchachos.
De hecho, recibieron también el primer lugar en la prueba de trabajo en equipo, una de las cosas que ellos mismos consideraban una de sus fortalezas.
'Unión, ciencia y diversión' era el eslogan del grupo cuyo logo fue un curioso robot campesino, con ruana al hombro, que ahora los representará frente a equipos de todo el mundo.